LOVE IS IN THE AIR of Valencia City


Se quedó con el corazón en un puño y la mano apoyada en el semáforo en rojo. Parpadeó, y después la perdió de vista entre la multitud. Supo entonces, que no volvería a ver más esa melena rubia que le había arrebatado el corazón. El semáforo cambió a verde, agacho la cabeza y se dirigió hacia la plaza de España.

Me cuenta que fue bajo otro semáforo en rojo donde la conoció. Ella se le acerco con una carpeta en la mano, su pelo moreno le tapaba las orejas y le caía dulcemente por los hombros, llevaba una camiseta verde con el logotipo de Greenpeace y unos pantalones de lino claros que intentaban tapar unas sandalias de cuero. La chica le preguntó: “Tienes un segundo?” y el pensó, “tengo toda una vida”. Y fue justo en ese instante en el que se dio cuenta que ella era la mujer con la que iba a pasar el resto de sus días. La chica sonrió y comenzó a explicarle algo a lo que el no prestaba atención porque estaba concentrado en las suaves olas que dibujaba su pelo, en la forma de mover los labios y las sonrisas que le dedicaba cada cierto tiempo, en el curioso juego del que eran partícipes sus dedos su pelo y sus orejas, en la forma tan elegante que tenía de parpadear y en la clase que demostraba cuando se tocaba la nariz. El despertó de su ensoñación cuando ella, por segunda vez, le pregunto si estaba de acuerdo. La respuesta fue una amplia sonrisa y un “Si, quiero”. Ella empezó a pedirle datos que le parecían demasiado personales para una primera cita pero, como le iba a negar nada al amor de su vida. En se momento hubiera sido capaz de separar las aguas del mar rojo si ella se lo hubiese pedido. En cambio lo que le pidió fue una firma, y firmó. Le entregó una copia del documento y, eso sí, con una sonrisa que quería decir algo más, le dio las gracias y se fue al encuentro de otra chica que pasaba por su lado para contarle la misma historia.

El semáforo se puso en verde, otra vez, agachó la cabeza y cruzó el paso de cebra en dirección al centro. Valencia, ciudad llena de mujeres de las que uno se puede enamorar con facilidad.

3 comentarios:

Pau dijo...

Otro dia será una pelirroja en otro semáforo.. el mar está lleno de peces dicen..


Te debo unas cuantas fotos. Hace ya tiempo te dije que tenia unas cuantas ya seleccionadas. tendré que buscar ahora para estas ;)

Anónimo dijo...

..buff... solo leerlo vuelo a esa plaza,, donde suelo verlas preguntar en nombre de greenpeace.
..
me gusta lo que escribes..
un besazo desde bilbo.
Monica

Anónimo dijo...

Cuanto tiempo sin leer, demasiadas cosas en la cabeza, pero prometo seguir leyendo.. un beso
almu

 
©2009 FIN DE LA PRIMERA PARTE | by TNB