Cuanto mal han hecho los libros de autoayuda.

Llegué del trabajo y cerré la persiana, prometiéndome no volver a ver la luz hasta no encontrar las certezas que había perdido. Me senté en la cama y crucé las piernas como lo había visto hacer en la tele y pensé en un punto blanco en el infinito. Me concentré en mi respiración pero al tiempo me di cuenta que no podía hacer dos cosas a la vez, cambié de estrategia. Decidí psicoanalizarme pero no sabía como hacerlo así que me tumbé en la cama y comencé a pensar en lo que había hecho con mi vida, donde me encontraba, hacia donde me encaminaba, cómo había llegado hasta esta situación…

Al tiempo de estar encerrado empecé a perder la noción del tiempo. Los minutos se hacían horas y las horas días, las paredes comenzaban a estrecharse, empezaba a faltarme el oxígeno y seguía sin encontrar las certezas. Es más, notaba que estaba perdiendo los instintos más primarios. Mi garganta era incapaz de emitir sonido alguno.
A lo lejos escuché un portazo, el ruido de unas llaves contra el cristal y la puerta del cuarto se abrió dejando ver a mi mujer que volvía del trabajo. Corrí a abrazarla, creo que no perdí mis certezas, lo que pasa es que no sabía dónde las había puesto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada uno debería guardar sus propias certezas, dejárselas fuera es un error, pueden mancharse, perderse, ensuciarse, puede incluso que quien las custodia olvide que tienen dueño y acabe tirándolas... un error. Pero el relato es bueno

Anónimo dijo...

PS. Vaya... los botones "Publicar comentario" y "Vista previa" están demasiado cerca, no? Menos mal que no tenía nada más que decir... bueno, igual sí, pero así lo han decidido los astros :P

Anónimo dijo...

"no perdí mis certezas, lo que pasa es que no sabía dónde las había puesto" ¿y si me quito el sombrero será suficiente para enseñar mi carita de asombro por esta frase...?

Quizá no me crean, o quizá vuelvan a ser los astros, pero hoy ha sido un día en que he perdido y encontrado varias cosas, y acabo aquí... donde las certezas se pierden y en un mismo día se encuentran. Menudo chollo!! Pienso quedarme a ver si vuelve la suerte.

Creo que alguna vez lo dije, por si acaso no fue aquí lo repito: certeza es una de mis palabras favoritas.

Pau dijo...

que exito tienes Peter ;)

Anónimo dijo...

Para que ... un psicologo.. nosotros mismos nos conocemos mejor que nadie.. pero no queremos verlo, necesitamos de la opinión de amigos, hermanos.. para confirmarnos y regocijarnos o lamentarnos de lo que ya sabiamos de nosotros mismos.. certezas... almu

 
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